Hace ya dos años el padre Felipe Bezanilla está a cargo de la casa Porta Coeli, hogar donde residen los sacerdotes mayores del Instituto de Padres de Schoenstatt y que requieren de cuidado y atención constante. Vive en la casa y por ende conversa con sus hermanos de comunidad que, aunque ya no tienen tareas pastorales, todavía son fuentes de luz, alegría y ejemplos de felicidad y entrega a Dios. Esta entrevista es una ventana a la vida en Porta Coeli, donde la conexión con la naturaleza, la gratitud y la convivencia respetuosa crean un ambiente único de alegría y aprendizaje constante.

Nos compartió una hermosa foto en la que destacaba la importancia de la primavera para los padres y cómo algunos han desarrollado un gusto especial por las caminatas y admirar las flores. ¿Podría contarnos más sobre esa experiencia?

Claro, la primavera y el verano son temporadas maravillosas para los padres, y muchos de ellos han descubierto la alegría de salir a caminar y disfrutar del florecimiento de las plantas. Un padre en particular se ha dedicado al cuidado del jardín, brindándoles una gran alegría a todos. Es una forma hermosa de conectar con la naturaleza y disfrutar del entorno.

Mencionó que mucha gente le pregunta por la dificultad de ser reconocido por los padres en Porta Coeli dada la avanzada de edad de muchos que ya cuentan con una memoria muy frágil ¿Cómo es esa experiencia para usted?

Contrario a lo que podría pensarse, la falta de reconocimiento no es un problema en absoluto. Más bien, experimento agradecimiento diario, porque los padres olvidan que ya les he hecho favores recientemente. Esto refleja el hermoso ambiente de alegría y gratitud que se vive en la casa, con las cuidadoras, la cocinera, los hermanos y aquellos que hacen posible la manutención.

Ha destacado la alegría y tranquilidad que prevalece en Porta Coeli, a pesar de los desafíos diarios que enfrentan. ¿Cómo se logra mantener ese ambiente positivo?

Es fascinante observar cómo, a pesar de los desafíos y limitaciones que enfrentan, hay una gran alegría y tranquilidad en la casa. Las discusiones son comunes, pero en poco tiempo todos están riendo con algún chiste o intercambiándose palabras de aprecio. La naturalidad, el respeto y la fraternidad son los pilares de este ambiente. Hay mucho que aprender de esa dinámica.

Nos contó acerca de la remodelación del altar de la capilla de la casa de Porta Coeli que ahora cuenta con una nueva imagen que representa la Santísima Trinidad ¿Cómo han tomado los padres este cambio?

Los padres han estado muy atentos a este cambio y lo han acompañado con oraciones, capital de gracia y muchos comentarios positivos. La capilla es un centro importante dentro de la vida de ellos, por eso las imágenes les son muy importantes para rezar. Ven esta imagen de la Trinidad como algo bonito para manifestar su fe hacia el Dios trino. Lo sienten como un regalo. Incluso un padre iba a visitar esta imagen todos los días mientras se estaba realizando y como no recordaba que lo hacía, manifestaba su agradecimiento y alegría por ella cada vez.